“¿Ustedes le darían a beber a uno de sus hijos un vaso del agua del efluente que sale de sus curtiembres?”: Director de la CAR 

* La autoridad ambiental cuestionó la falta de voluntad de los industriales de asociarse y trabajar de manera colectiva en la búsqueda de soluciones para frenar los efectos ambientales y de salud pública derivados del uso de las sustancias químicas de esta actividad.

* En los últimos 15 años, la CAR ha otorgado más de 50 permisos de vertimientos sin que se observen resultados sobre la calidad del río

* Si bien sigue abierto el ofrecimiento del predio para la construcción del parque industrial ordenado por la magistrada Nelly Yolanda Villamizar en la sentencia del 2014, la decisión de hacerlo o no es del gremio de curtidores de esta zona del territorio.

Un fuerte llamado de atención a los propietarios, representantes y trabajadores de curtiembres de los municipios de Villapinzón y Chocontá, hizo el director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca – CAR, Alfred Ignacio Ballesteros, en el marco de una mesa de trabajo que se realizó este miércoles con el fin de revisar los avances de los compromisos que este sector ha establecido para reducir su impacto sobre el río Bogotá.

En primer lugar, el director Ballesteros manifestó su inconformidad por la baja participación de los industriales del cuero, ya que, de las 110 empresas contabilizadas, asistieron apenas 40 a este espacio de diálogo convocado por las autoridades.

Durante su intervención, Ballesteros hizo un recuento de las acciones que la CAR ha venido realizando hace más de 15 años, al generar permisos de vertimientos a más de 50 curtiembres, sin que se observen resultados sobre la calidad del río Bogotá, justamente en el tramo donde nace esta corriente.

“Qué tristeza que en mis últimos recorridos he visto que el río está igual o peor que hace 15 años y me pregunto: ¿Sirvió de algo otorgar 54 permisos? ¿O simplemente estamos usando el permiso para evadir operativos de control y decir “somos legales” ?, cuestionó Ballesteros.

El funcionario advirtió que en la actualidad se viene trabajando de manera articulada con la Fiscalía General de la Nación, pues se ha evidenciado un comercio irregular de certificaciones de manejo de vertimientos que algunas de estas curtiembres gestionan con empresas de diferentes zonas del país, frente a las cuales no se tiene claridad de su experiencia, idoneidad y procesos adecuados y eficientes para la prestación del servicio de manejo de efluentes no domésticos.

A lo anterior, se suma la necesidad de fortalecer los operativos de alto impacto como los que se vienen adelantando a través de la Unidad Integrada de Gobernabilidad Ambiental, de la mano con el Ejército Nacional, la Fuerza Aeroespacial y la Policía Nacional, que han dado como resultado capturas, incautaciones y hasta extinciones de dominio.

No obstante, el director de la CAR reconoció que estos esfuerzos resultan insuficientes ante la magnitud del daño ambiental que sigue ocasionando esta actividad al río Bogotá, por lo que desde la Entidad se han puesto a disposición programas de reconversión tecnológica, circularidad, producción más limpia y jornadas capacitación, entre otras.

Un conflicto social y ambiental de vieja data

En la mesa de trabajo, en la que además se hicieron presentes diputados, funcionarios de la gobernación de Cundinamarca y autoridades municipales, las partes destaparon sus cartas en relación con la búsqueda de soluciones a la problemática de contaminación del río Bogotá por cuenta de las sustancias químicas empleadas en la actividad de procesamiento y transformación de pieles de Villapinzón y Chocontá.

El director de la CAR, Alfred Ballesteros cuestionó la falta de voluntad de los industriales de asociarse y trabajar de manera colectiva en la búsqueda de soluciones, dando la espalda a los efectos ambientales y de salud pública derivados del uso de cromo, taninos, sulfuros y demás sustancias químicas empleadas en el tratamiento de pieles animales.

“Los invito a ponerse la mano en el corazón, a pensar que hay 11 millones de personas que toman el agua de ese mismo río de aquí para abajo y que hoy estamos poniendo en riesgo su salud y sus vidas, pues ustedes saben muy bien lo que esos elementos químicos ocasionan en el cuerpo de las personas… ¿Ustedes serían capaces de beber del efluente de sus sistemas industriales?  ¿Serían capaces de darles a beber un vaso de esas aguas a uno de sus hijos? ¿Es justo que se los hagamos a los demás?”, preguntó el directivo a los asistentes.

Luego de un análisis detallado de las acciones que se han emprendido desde la CAR, de la disponibilidad abierta y permanente de ofrecer el predio para la construcción del parque industrial ordenado por la magistrada Nelly Yolanda Villamizar en la sentencia del 2014, el funcionario invitó a los participantes a emprender acercamientos con el Gobierno Nacional y con las entidades departamentales para encontrar soluciones de manera conjunta.

Finalmente, Ballesteros advirtió que mientras estas gestiones avanzan, la Corporación seguirá actuando con mano firme en la aplicación de la autoridad y en el desarrollo de operativos de control y vigilancia, de la mano con las autoridades militares y de Policía, y aseguró que la Corporación está dispuesta a apoyar financieramente una solución transitoria, siempre que existan los permisos y avales del Gobierno Nacional para el efecto.

“Tenemos toda la voluntad de apoyar financieramente el tema y necesitaríamos que nos ayuden a abrir espacios para entender que un colector, o un sistema de tratamiento común es una obra de saneamiento ambiental y por tanto la limitación normativa de estar en zona de ronda no puede ser un impedimento”, puntualizó Alfred Ballesteros.

Fuente: CAR Cundinamarca.

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