Mediante la digitalización de pagos y el avance de canales conversacionales, estas transferencias internacionales son cada vez más ágiles, seguras y cercanas a los hogares, impulsándolas a ser uno de los ingresos más relevantes de la economía.


Las remesas hacia Colombia se siguen fortaleciendo. En febrero de 2025, los trabajadores enviaron US$1.031,63 millones en remesas hacia el país, impulsando así un crecimiento del 12,9 % frente al año anterior, según el Banco de la República.

Pese a la desaceleración frente al cierre de 2024, cuando el incremento fue del 20,1 % por las nuevas políticas migratorias restrictivas en EE. UU. —principal país emisor—, los analistas estiman que las remesas podrían convertirse en la principal fuente de divisas del país, superando incluso a sectores como el petróleo o el café,más aún con el alcance que le ha dado la tecnología a estas operaciones.

«Lograr esto no solo depende del contexto internacional, sino también de la capacidad del sistema financiero para facilitar envíos transfronterizos más rápidos, económicos y confiables» afirma Paula Rojas, Squad Lead de Infobip en Colombia. «Las remesas no son solo cifras macroeconómicas, sino un vínculo emocional y económico para las familias y es clave que las tecnologías que usamos para enviarlas reflejen también esa cercanía».

De las filas al celular, la evolución de las remesas

Durante años, enviar dinero a casa implicaba largas filas, altos costos y tiempos de espera. Hoy, las billeteras digitales, aplicaciones de mensajería y APIs financieras están reformulando esta experiencia. Colombia es uno de los países donde más ha crecido el uso de billeteras virtuales, especialmente entre jóvenes y migrantes, gracias a su simplicidad y bajos costos.

Por eso es que las soluciones de mensajería conversacional se están posicionando como un nuevo puente para el envío de dinero.

«Existen integraciones para que bancos y fintechs puedan ofrecer transacciones directamente a través de canales como WhatsApp o SMS, aprovechando la penetración móvil en zonas donde las apps bancarias aún no tienen tanta adopción», explica la experta de Infobip, a propósito de muchas soluciones que ofrecen en Colombia.

Además, la automatización de procesos a través de chatbots y plataformas permite asistir a los usuarios en tiempo real, resolver dudas sobre envíos y generar confianza en segmentos poco bancarizados.

Seguridad, inclusión y omnicanalidad: claves del futuro

La transparencia y la trazabilidad son otros elementos que la tecnología puede garantizar. A través de herramientas como Conversations y Moments, las entidades financieras pueden generar alertas personalizadas, verificar identidades, enviar recordatorios y crear rutas de comunicación multicanal que mantengan al usuario informado en todo momento.

«Cuando hablamos de tecnología para remesas, hablamos de derribar barreras geográficas, económicas y tecnológicas», agrega Paula Rojas. «La clave está en ofrecer soluciones que acompañen al usuario desde el primer clic hasta que el dinero llega a su destino».

Más que una incidencia en el PIB, las remesas representan un comportamiento social y cultural de gran impacto. Que este flujo económico se mantenga —y crezca— dependerá de qué tan eficientemente puedan adaptarse los canales de envío a la realidad de quienes lo usan: usuarios que buscan inmediatez, confianza y facilidad.

El reto, entonces, no es solo tecnológico, sino también humano, para buscar caminos de comunicación e innovación que acerquen mucho más a las personas, superando las brechas geográficas en todo sentido.

Por: Laura Lopera

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