Cuando se habla de servir a otros usualmente nos referimos al sector de la salud, pero, también están los organismos de emergencia de Colombia. Su labor es igual de importante que cualquier otra, más aún si se da todo por el bienestar de las personas que no se conocen, sin esperar nada a cambio. Esta es una forma de describir la labor que hacía la Capitán Griselda García Trujillo, -oriunda del municipio Baraya, Huila- en el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Tabio que hoy la recuerdan con gran cariño y admiración, al resaltar su aporte al municipio como la fundadora de este grupo quienes incansablemente vigilaban y protegían a la ciudadanía.

Entre el riesgo y el deber 

Además de darlo todo durante las emergencias que involucran altas temperaturas y el riesgo inminente, el juramento de Florence Nightingale hacía parte de su vocación de servir a los demás.

Siendo enfermera aportaba a los entrenamientos de futuros bomberos rescatistas, como los que se entrenaron durante el primer curso de salvamento acuático en 1995, organizado por la unidad de bomberos de Bogotá, que tenía como ciudades invitadas a Barranquilla, Calarcá, Cúcuta, Manizales, Neiva, entre otras. En un video realizado por Canal salud. se observa a la enfermera, bombero voluntario realizando algunos controles médicos y tomas de tensión para avalar a los candidatos para su prueba de nado.

También trabajó en hospitales como el San Juan de Dios, el Seguro Social y el San Pedro Claver.

En la imagen la enfermera bombero voluntario Gricelda García Trujillo tomado de Canal Salud

Como bombero voluntario la hoy Capitán Trujillo debía someterse a entrenamientos para mantener vivas su habilidades de rescate y respuesta rápida durante emergencias por lo que hacer las pruebas en representación de su unidad , en los Bomberos Voluntarios de Bogotá era un total privilegio. Dando todo por demostrar valentía y arrojo ante las circunstancias que tuvieran lugar durante el llamado como líder comunitaria en su municipio (Baraya), además de parte de la Defensa Civil y de la Cruz Roja.

En la imagen la bombero voluntario representando a los bomberos de Bogotá  durante una prueba de salto en entrenamiento de rescate.Tomado de Bomberos Voluntarios de Tabio.

Hijos propios y de la vida 

En medio de la labor, pasión y deseo por ayudar a los demás el ámbito familiar tuvo un espacio importante para Gricelda, diez hijos eran su motor de vida, pero un llamado en 1994 le daría la oportunidad de conocer a otro “hijo”. El hoy capitán Álvaro Eduardo Farfán Vargas, quien, para la época, según contó al medio Quiubo, era un joven que tenía una fundación y tras una emergencia que se presentó en Tunjuelito, San Benito, se conocieron. Desde entonces lograron forjar una relación madre e hijo que duró 30 años. En sus redes el Capitán Farfán dio un pequeño homenaje a “su segunda madre”:

«No existen palabras suficientes para expresar este dolor inmenso y despedir a quien un día me con su ejemplo me enseño amar mi profesión y dar sin esperar nada a cambio más que la satisfacción del deber cumplido».

Por su parte Vilma Andrade, hija de la Capitán Griselda García Trujillo expresó el dolor de su pérdida con un poema:

Te vas, madre, como un susurro del viento,

con la fuerza del fuego que llevabas dentro.

Fuiste llama incansable, siempre al servicio,

primera en correr, en sanar, sin pedir sacrificio.

Colombia te vio en las calles, en las noches de alerta,

primera bombera, en tu paso dejaste huella cierta.

Tu carácter, firme como el acero que enfrenta

el calor de la vida, el dolor que atormenta.

 

Fuiste abuela presente, de amor infinita,

en los ojos de tus nietos tu luz resucita.

Pero madre ausente, a tus hijos el deber te llevó,

tu misión de salvar siempre fue quien te guio.

Veinticinco años con bata blanca en batalla,

donde el dolor ajeno a tu corazón no calla.

 

Con manos que curaron y con alma en entrega,

la enfermera incansable, la mujer sin tregua.

Hoy te despido, madre, heroína discreta,

quien dio sin medida, quien vivió su faceta.

 

Te vas al descanso, al cielo en tu vuelo,

dejando aquí en la tierra el eco de tu anhelo.

Nos queda tu ejemplo, tu lucha, tu esencia,

tu legado en el aire, en cada conciencia.

 

Y aunque te marches, tu luz no se apaga,

madre de fuego, en nosotros aún ardes, no te apagas.

 Tomado de Bomberos voluntarios de Tabio

Los reconocimientos y homenajes de las diferentes delegaciones de Los cuerpos de Bomberos en Cáqueza, Villeta, Villapinzón, San Antonio del Tequendama, Fusagasugá, Caparrapí, entre otros municipios se quedan cortos ante la labor que Griselda Trujillo realizó como enfermera y bombero voluntario, hasta su último día, que aún con 83 años daba todo por cumplir con su deber y atender el llamado para servir a los demás a cambio de una sonrisa.

Por: Katherine Valencia Pedroza

Comunicadora Social – Periodista

 

 

 

 

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