El gremio de taxistas en Medellín, representado por la Confederación de Taxis (Confetax), ha convocado un paro para protestar contra lo que consideran una falta de control por parte de las autoridades frente a la «piratería» en el transporte individual. La manifestación, que se llevará a cabo en las principales ciudades de Antioquia, busca que los taxistas de otras ciudades del país se unan al cese de actividades. Sin embargo, en Bogotá, los líderes de los taxistas han expresado su desacuerdo con la convocatoria y se muestran satisfechos con los controles que actualmente están en marcha en la capital.
La protesta promovida por Confetax surge en respuesta a la supuesta permisividad de las autoridades de tránsito frente a vehículos que ofrecen servicios de transporte sin la debida homologación, lo que afecta a los taxistas que operan bajo la legalidad. Patricio Gaviria, abogado y propietario de taxis en Medellín, en declaraciones a Red +, aclaró que los taxistas no están en contra de las aplicaciones tecnológicas de transporte, ya que ellos mismos las utilizan para optimizar su servicio. No obstante, exigen que se tomen medidas en contra de los vehículos que no cuentan con los permisos necesarios para operar, tal y como lo establece la ley.
Antecedentes del paro camionero
Este nuevo paro del gremio de taxistas se presenta apenas una semana después de la masiva movilización de transportadores de carga, que afectó a 22 departamentos del país. A diferencia de aquel paro, que tuvo como motivo central el aumento del precio del diésel, los taxistas de Medellín no se manifestarán por el costo de los combustibles. En esta ocasión, sus demandas se centran exclusivamente en exigir mayores controles a lo que consideran «competencia ilegal», es decir, vehículos que movilizan pasajeros sin contar con las habilitaciones legales correspondientes.
Las manifestaciones no se limitarán a Medellín, sino que también se extenderán a municipios antioqueños como Envigado, Itagüí, Sabaneta, Caldas, La Estrella y Bello. De acuerdo con los promotores del paro, se espera que taxistas de otras ciudades como Bogotá, Ibagué, Manizales, Florencia, Valledupar y Montería también se sumen a las protestas, aunque este último punto ha generado controversia.
Desacuerdo en Bogotá
Hugo Ospina, líder del gremio de taxistas en Bogotá y representante legal de la Asociación de Propietarios y Conductores de Taxi (Asoproctax), ha sido enfático al declarar que no apoyarán este paro convocado desde Medellín. Ospina, en declaraciones a los medios, aseguró que no conocen a quienes han organizado la protesta y que las organizaciones sindicales de taxistas en la capital del país no respaldarán estas acciones.
«En Bogotá no apoyamos ese paro», sentenció Ospina. Según él, en la capital se han cumplido los acuerdos que se establecieron con la Alcaldía y las autoridades de tránsito tras el paro de finales de julio. En aquel momento, los taxistas bogotanos lograron pactar una serie de compromisos con el gobierno local, especialmente en cuanto al control de los vehículos que prestan servicios de transporte de manera ilegal.
«A ese señor que promueve ese paro no lo conocemos ni en Bogotá ni en Medellín, no sabemos quién es y no tenemos conocimiento de ese paro. Nadie lo va a apoyar», agregó el representante de Asoproctax, dejando en claro que, al menos en la capital del país, no habrá respaldo para la manifestación que se está organizando en el departamento de Antioquia.
¿Qué sigue para los taxistas?
El paro de taxistas en Medellín pone de manifiesto una creciente tensión en el gremio frente a la regulación del transporte individual en el país. Mientras que en algunas ciudades, como Bogotá, los acuerdos alcanzados con las autoridades locales han generado satisfacción en el gremio, en otras regiones, como Antioquia, persiste la insatisfacción por la falta de control sobre los vehículos no autorizados.
A medida que se acercan las fechas de la manifestación, se espera que más ciudades confirmen su participación o su rechazo a la convocatoria. De momento, el escenario parece dividido, con una clara línea entre quienes apoyan el paro y quienes, como en Bogotá, prefieren mantener la calma y seguir apostando por los acuerdos vigentes con las autoridades.
