El aumento del uso de cigarros electrónicos y vapeo entre los niños en edad escolar se ha convertido en un problema grave para los maestros y administradores escolares. Las autoridades están comprometidas a encontrar formas de abordar el problema, que los estudios han demostrado que puede conducir a problemas de comportamiento y afectar negativamente el rendimiento académico. Las tecnologías conectadas proporcionan parte de la solución.
El uso de cigarrillos electrónicos, más comúnmente conocido como vapeadores, se han popularizado entre adultos, adolescentes y niños. En 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió medidas urgentes para «proteger a los niños y prevenir el uso de cigarrillos electrónicos». En el entorno educativo, especialmente en las escuelas, donde el uso de cigarrillos electrónicos ha alcanzado niveles preocupantes, el impacto puede ser significativo. En el mismo llamado a la acción, la propia OMS declaró que los vapeadores pueden «afectar el desarrollo del cerebro y provocar trastornos del aprendizaje en los jóvenes.»
El problema y el impacto del vapeo en las escuelas
Los cigarros electrónicos son una actividad menos obvia que fumar y, por lo tanto, algo que los estudiantes a menudo pueden intentar hacer en secreto, lo que interrumpe el entorno de aprendizaje y complica el control de los maestros sobre el aula.
Los maestros y administradores escolares están claramente interesados en abordar el problema de los vapeadores en las escuelas. Además de trabajar en asociación con los padres y tutores para educar a los estudiantes sobre los peligros potenciales y el impacto del uso de cigarros electrónicos, es esencial vigilar de manera proactiva su uso en las escuelas y espacios de aprendizaje para hacer cumplir las reglas que prohíben el tabaquismo en entornos públicos o cerrados.
Las escuelas han comenzado a recurrir a tecnologías conectadas para abordar el problema. Los sensores ambientales, como los sensores de calidad del aire, se pueden emplear como parte de las soluciones de salud y seguridad existentes para alertar a los maestros y administradores sobre el uso de cigarros electrónicos y el tabaquismo en las escuelas y generar una respuesta adecuada. Si bien estos sensores pueden detectar varios tipos de contaminantes del aire, también son muy efectivos para detectar este tipo de actividades.
Los sensores pueden conectarse a otros dispositivos IP, por ejemplo, cámaras de seguridad y una sirena estroboscópica, aunque con suficiente distancia entre los dispositivos para que el sensor de calidad del aire se coloque en zonas donde no hay presencia de cámaras, como bibliotecas, baños o vestidores, protegiendo así la privacidad de los estudiantes.
En caso de que se detecte el uso de cigarros electrónicos o cigarrillos, se puede alertar a maestros, administradores escolares y al personal de seguridad, que cuando se usan junto con altavoces, se reproducen mensajes en vivo o pregrabados a las personas en el área específica, deteniendo el uso lo antes posible.
A largo plazo, los datos recopilados de sensores y cámaras conectadas pueden resaltar áreas difíciles de monitorear dentro de las escuelas donde los estudiantes se reúnen para llevar a cabo este tipo de actividades, lo que permite a los administradores considerar cambios en los edificios y el personal para reducir las oportunidades.
Mejorar el entorno de aprendizaje
La función principal de una escuela es ser un lugar para aprender de manera segura, con maestros y administradores motivados para garantizar que los establecimientos educativos sean los mejores entornos para ello. El aumento del uso de vapeadores en las escuelas corre el riesgo de convertirse en una interrupción del aprendizaje efectivo, además de plantear riesgos potenciales para la salud a largo plazo para los niños. Los sensores ambientales pueden ser parte de una solución integrada para las escuelas en alcanzar estos objetivos en beneficio de su comunidad.
Por: Alejandro Aguirre, // Gerente de ventas Axis communications